jueves, 10 de marzo de 2011

.

Las manos del muerto son
rojas, son blancas, y son frías y
agrietadas.

Lamentan el paso del tiempo,
lamentan haber vivido,
y lamentan haber perdido.
Las manos del muerto
caminan en pasillos lóbregos,
en mares muertos,
en trenes que vomitan.

Los monstruos de metal
las albergan y no las dejan salir.
Yo las miro y me miran
y no me dejan vivir.

El viento es su transporte,
el viento antiguo de los siglos.
La izquierda tiene un corte,
la derecha no me importa.

Juntas son negras,
como sus días.
El sol ya no las quema,
el calor ya no existe
como sus noches.

No hay comentarios:

Publicar un comentario