sábado, 4 de junio de 2011

Idas de olla

¡Tú!, hombre de cieno venido de los confines del mundo.
¡Tú!, que cabalgando hacia la muerte conquistaste la eternidad.
¡Tú!, que eres aquel bajo lo cual no hay nada.

Ése ángel roído por la incertidumbre te habló y no encontraste
nada provechoso en su discurso, lo ignoraste y te convertiste en ti mismo.

¡Tú!, que bajo las estrellas bailaste ebrio de Luna los ritmos que te dilapidaron.
¡Tú!, que escapaste a la monotonía de los 100 años pasados y en la noche hiciste tuyas
las palabras.


Las estructuras de este mundo son baldías, no comprendes la gran obra y lloras de impotencia
ante tu imagen desterrada.

Que hablen los que tienen algo que decir y que callen los hijos de la ignorancia.
Bajo el techo supremo, los que valen serán fuertes e hilarán con oro el camino de los desgraciados.


Habló el hombre de las mil culpas y los demás,rieron.

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